En cada año, a finales de diciembre, millones de personas buscan las predicciones de los videntes de la antigüedad y de los genios actuales de la ciencia y la informática. Nostradamus – el más famoso de todos – fue un visionario de su tiempo y muy acertado en sus profecías sobre Francia y los reyes de su tiempo. Nació en 1503, un año después de la muerte de Cristóbal Colón, cuando se acababa de descubrir lo que hoy es América. No creo que alguien tan ocupado como él – era médico – se dedicara a intentar adivinar en sus visiones año, tras año, tras año, el futuro de la Humanidad en lugares prácticamente desconocidos para él y las gentes de su época.
Por eso, sigo con fascinación las profecías basadas en proyecciones científicas y cálculos exponenciales de dos genios de nuestro tiempo, que han pronosticado muchos eventos 20 o 30 años antes de que ocurrieran:
LAS PREDICCIONES DE STEPHEN HAWKING
En el cuerpo del físico teorético británico – deformado por una cruel forma degenerativa y avanzada de la esclerosis – se alberga la mente más brillante de nuestro tiempo. En 2016, había predicho que a la Humanidad le quedaban sólo 1,000 años de existencia, a menos que encontrara otro planeta como la Tierra, con agua y oxígeno. Pero en 2017, ha cambiado radicalmente su predicción: sólo le queda 100 años, la expectativa de vida de los hijos de ustedes.
Según el astrofísico, los hombres tienen que salir corriendo de la Tierra y colonizar urgentemente a otro planeta. Descontando la improbable caída de un asteroide sobre la Tierra, ¿cuáles son, en síntesis, sus nuevas razones?
PRIMERO. – La población de la Tierra es hoy de 7.6 billones de personas. Si la población de la Tierra continúa duplicándose cada 40 años, en sólo 500 años billones de seres humanos estarían parados y pegados uno junto a otro.
SEGUNDO. – Para ese año – menos de la mitad de un milenio – la Tierra adquirirá un resplandor rojo, como el de Venus, por el consumo de electricidad de billones de personas, y nuestro planeta tendrá temperaturas de 250 grados centígrados con lluvia de ácido sulfúrico.
TERCERA. – La inteligencia artificial superará a la humana, y la reemplazará. Las computadoras crearán virus cada vez más poderosos que se replicarán hasta el infinito, anulando y destruyendo los sistemas existentes.
CUARTA. – Las decisiones de Donald Trump, con la salida de Estados Unidos del Pacto de París – el acuerdo de 200 países para reducir las emisiones de gases invernadero y el calentamiento global – causará una catástrofe universal, por el impresionante consumo de combustibles fósiles de la economía más grande del mundo.
Como todos sabemos, en 100 años se habrán derretido gran parte de los polos. Naciones como Holanda, Bangladesh y más de 50 países conformados por islas pequeñas habrán desaparecido bajo el agua, lo mismo que buena parte de los grandes puertos del mundo, como New York, Londres y Tokio. De Cuba y la Florida en EE.UU. quedará sólo el espinazo, y Miami Beach habrá desaparecido bajo ocho metros de agua. Estarán afuera del agua los pisos altos de los condominios de lujo; pero, ¿dónde pondrán los supermercados, los hospitales y las escuelas?
Por todo ello, el nuevo presidente de los EE.UU. nos recuerda a Luis XV de Francia: antes de que la Revolución Francesa le cortara la cabeza a su hijo y acabara con su dinastía, exclamaba con gran desparpajo: “¡Después de mí, el diluvio!”.
P.D. Stephen Hawking murió el 14 de marzo de 2018. Su pérdida fue sentida en todo el mundo, y comentada en toda la comunidad científica. Su última predicción fue que el Universo se extinguirá cuando el combustible de las estrellas se agote, aunque estamos hablando de trillones de estrellas. La Humanidad podrá conocer el destino de su especie sólo cuando pueda viajar en naves espaciales e investigar cómo funciona el cosmos.
Hawking fue descrito como la mente más brillante después de Newton y Einstein. Los colegas del astrofísico lamentaron que nunca recibiera el Nobel de Física, dado su impresionante estatura y su aporte a la ciencia.
Para quienes amamos a los genios y a las mentes filantrópicas, lamentamos que el comité del Premio Nobel le hayan dado el Nobel de Paz a un delincuente como Juan Manuel Santos, un presidente de Colombia responsable de los llamados “falsos positivos”, esos 4,000 muchachitos pobres asesinados por sus generales para presentarlos al Departamento de Estado como “guerrilleros de las FARC dados de baja en combate”, y pedir a los Estados Unidos más billones de dólares dentro del Plan Colombia. En muchos años, y tal vez centurias, la Humanidad recordará con amor y admiración a Hawking, mientras que esas pocas personas que recordarán a Santos, sentirán por él sólo desprecio.
LAS PREDICCIONES DE BILL GATES
Bill y su esposa Melinda han donado más de 50 billones de dólares – es decir, 50,000 millones de dólares – y han decidido que, a su muerte, donarán el 95% de sus fortunas a obras de caridad. Gates pronosticó las redes sociales y el uso de los teléfonos celulares para un sinfín de cosas, antes de que se inventaran Facebook, Twitter y Whatsapp. Las profecías son bastantes distantes de las de Hawking; unas son aterradoras, y otras muy esperanzadoras. Las principales son:
PRIMERA. – Según Gates, los epidemiólogos pronostican que en 10-15 años el bioterrorismo borrará de la faz de la Tierra a unas 33 millones de personas, como producto de la viruela sintética y una súper gripa que se extenderá por todo el globo a lo largo de uno y 10 años.
SEGUNDA. – África será autosuficiente en 30 años gracias a la ayuda de las potencias, el crecimiento de su PIB de 50%, y el uso de los teléfonos celulares para obtener crédito de bancos móviles.
TERCERA. – Para 2035, no existirán países pobres en ningún continente.
CUARTA. – En 15 años, la energía limpia – como la eólica y la solar – reemplazarán las de combustibles fósiles, como el petróleo y el carbón, con lo cual los hombres lograrán parar el impresionante avance del cambio climático, como el derretimiento de los polos.
QUINTA. – En 20 años, prácticamente todos los productos serán manufacturados en la fábricas por robots, no por trabajadores, y millones de personas perderán sus empleos.
SEXTA. – En 2019 – es decir el año entrante – desaparecerá para siempre de India y de la Tierra el polio, esa terrible enfermedad que antes paralizaba cada año a 400,000 niños, incluyendo a la mejor amiga de mi infancia, allá en 1956 o 1957. No me permitieron jugar con ella porque pensaban que el polio era contagioso, y nunca supe nada más de ella. Ojalá que esté en el Cielo, junto a Jesús, la Virgen y María Magdalena, mi ángel de la guarda.
¿TUS HIJOS TENDRÁN AGUA?
Mientras todas esas cosas terribles o maravillosas ocurren, en pleno 2018, aquí en Estados Unidos en California, el estado más rico y formidable de esta nación rica en agua, un millón de personas ya no tienen agua. En su mayoría son mexicanos que huyeron de la pobreza y la violencia de su país en búsqueda del sueño americano, y cada semana una obra de caridad les lleva de regalo unas botellitas de agua para que puedan cocinar, lavarse los dientes y bañarse rápidamente. Estados Unidos son riquísimos en agua, y sus acuíferos son enormes. Lo que pasa es que el agua subterránea de California la han comprado un billonario productor de vino para regar sus vides y la embotelladora Nestlé, una de las multinacionales más grandes del mundo. Las protestas de la gente en esa parte de California son permanentes, pero las influencias de los poderosos ante el Congreso – el lobbying – van ganando…
La escasez del agua será un tema cada vez más político en todo el mundo, y conducirá a guerras y a epidemias en países superpoblados como India, o secos como Arabia Saudita, que agotó ya sus acuíferos para regar trigo y que resultó en un enorme fiasco. Será el tema vital #1, porque de él depende la supervivencia de la especie; no sólo en esos países musulmanes que obligan a las mujeres a parir hijos como moscas, o India, donde cada año mueren más de 5,000 personas de sed, sino también en los más ricos. El problema es que la gente es ignorante y vive sólo en el presente, y buena parte de los grandes medios son tan corruptos como los políticos y las multinacionales.
ARTÍCULO DE VIRGINIA VALLEJO, Miami, marzo de 2018